Entre las multiples expresiones del arte, la poesía ocupa un lugar prominente. Poesía, viene del latín, “poesim” y a su vez del griego, “poiesis”, que significa creación. Para dar mayor brillo, a la expresión de las ideas y emociones, el espíritu humano creó un lenguaje especial, el lenguaje poético, que se distingue por el derroche de imágenes, epítetos y figuras.

Poesía y Espiritismo se entienden a la perfección y corren parejos. Ambos se traducen en una permanente pregunta, en una búsqueda constante, en un afán impulsivo por penetrar en la esencia misma de la realidad. el poeta mira en el fondo de su corazón, de su alma, escrutando en el abismo de la ecuación del ser todo cuanto cabe en la vida y será por eso que el poeta presiente al espíritu antes que el hombre de ciencia lo demuestre. El verdadero poeta abre las escusas del inconciente, es decir, del espíritu, y se apoya en la intuición, encontrando en su propio universo la raíz de su esencia espiritual.

Ya al propio tiempo que sentaba las bases de la Codificación Espírita, Kardec consideraba que el arte, habría de influir en la transformación de la humanidad, y que especialmente la poesía podía manifestar con toda propiedad las grandezas estéticas y líricas del Espiritismo.

Sin embrargo, la poesía Espirita se establece como una opción distinta y antepuesta a las que se derivan de concepciones dogmáticas, religiosas o materialistas, signadas por misticismos alienantes o trágicas desesperanzas. Limpia de odios o de condenas, nos hace vibrar con su fraternal aliento.

Es facil identificar a los poetas Espíritas por la alcurnia espiritual que los distingue, por la homogeneidad de los temas que abordan y su explicita nobleza. Se confirma pues, que la temática espiritsta provee rica y profunda inspiración a quienes vibran ante la solicitud de lo alto y son capaces de interpretar las esencias de lo trascendente espiritual.

Los Poetas del Espiritismo escriben siempre versos que todos entienden; profundizando en los meandros de la metafísica sin perder su sentido dialéctico; poemas que divierten o que arrancan lagrimas; que llevan a cantar, soñar, pensar o actuar; poemas que son invitación permanente a lo bueno y noble, porque el cristal de su inspiración, transparenta con singular belleza y policromía el azul cielo que de lo alto se derrama en Espíritu y en Verdad.

(Jon Aizpurua - Fragmentos del Cap III, El Espiritismo y la creación poética)